-Eh. Ésta es mía.
Evan la cogió por el pelo, salvaje, tormenta. Era una miserable más. De las que gritan. Y luego lloran. Nada que valiese la pena. Tenía las manos atadas. Evan caminó hasta la colina y la dejó caer ahí, al suelo seco.
-Morirás mañana. Con los demás. Hasta ese momento, eres mi prisionera. Yo decido, ¿vale? –dijo sin mirarla, normalmente, a las chicas no les solía gustar que las observaran mientras se desmoronaban.
Sí, Evan, pero yo soy Buria, y Buria no pega con normalmente.
-Oye –ella le miró, y tenía un ojo de trueno y otro de relámpago, y de los labios saltaban chispas-. Yo vuelo sin alas y sin aire. Cabrón. Soy tormenta de verano y sol de invierno. Yo soy Buria. Y puedes decidir lo que te dé la gana, pero no me cuentes cuándo voy a morir.
Y dime... ¿cómo no le regalaba la vida ahí mismo?
3 comentarios:
Burial de Miike Snow. ¿La has oído?
"Yo vuelo sin alas y sin aire. Cabrón. Soy tormenta de verano y sol de invierno. Yo soy Buria." Y con eso te lo digo todo.
Buria y Evan. Si quieres, un día, les retomamos.
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